Desde hace mucho tiempo, Bill Kulik ha sido un locutor deportivo de las transmisiones de radio de los Filis de Filadelfia en español. Pero quienes sintonizan los partidos no siempre lo saben.
En vez de llamar al campeonato de béisbol por su nombre en español, “La Serie Mundial”, lo llama “World Series”. Recientemente describió la carrera de altibajos de un jugador como “a roller coaster” en vez de decir que es “una montaña rusa”. Y, cuando se refiere a algo que fue bastante gracioso, dice “bien funny”.
Bienvenido al peculiar mundo lingüístico de Kulik, un locutor deportivo apodado como el “Gringo malo”, cuyo personaje al aire es irreverente e incluso tonto. Aunque Kulik habla en español durante la mayor parte de sus intervenciones en los micrófonos, suele agregar generosas dosis de inglés y “espanglish”, una mezcla de los dos idiomas.
Hay 16 equipos —de los 30 que juegan en las Grandes Ligas de Béisbol— que cuentan con algún tipo de transmisión en español y la de los Filis no se parece a ninguna otra, en gran parte gracias a Kulik.
Kulik nació en Nueva Jersey y dice que solo tomó una clase de español en la escuela secundaria, pero aprendió el idioma cuando pasó nueve años de su infancia en Colombia y Argentina, donde vivió con su familia debido al trabajo de su padre en una empresa de fabricación de productos químicos.
Muchos oyentes celebran el estilo de Kulik. Después de todo, esta es su temporada número 19 como miembro del equipo de transmisiones en español de los Filis. Pero su singularidad ha irritado a algunos hispanohablantes y plantea interrogantes sobre el idioma y la cultura en un país con aproximadamente 63 millones de latinos.
Kulik —cuyo compañero de radio, Oscar Budejen, es hispanohablante nativo— comete errores en español, tiene problemas con la pronunciación o, a veces, hace interpretaciones literales que no tienen el mismo significado. Recurre al inglés para explicar mejor ciertos pensamientos o hechos.
Kulik asegura que utiliza deliberadamente el espanglish, en parte para conectar mejor con los puertorriqueños en Filadelfia y con las nuevas generaciones de latinos en Estados Unidos que han crecido hablando ambos idiomas.
“No hay manera de que podamos satisfacerlos a todos”, dijo Kulik, de 61 años. “Oscar les dará más de la vieja escuela y el Gringo malo les traerá la nueva escuela. Y, con suerte, a medio camino entre ambos, les gustará nuestra transmisión porque vamos a ser diferentes”.
De los seis millones de personas en la región de Filadelfia, se calcula que el 11 por ciento son latinos, y los puertorriqueños representan el grupo más numeroso. A medida que la cantidad de latinos en Estados Unidos se ha disparado, el porcentaje de latinos de 5 años o más que hablan inglés con fluidez en casa también ha aumentado, mientras que el porcentaje que habla español en casa ha disminuido, según el Centro de Investigaciones Pew.
“El Gringo habla muy bien el español y de vez en cuando habla inglés, lo veo normal ya que soy bilingüe”, le dijo a The New York Times Yolanda Fernández, quien escucha las transmisiones de Kulik. “Soy puertorriqueña. Hablamos espanglish por naturaleza”.
Pero otro fanático de los Filis, Elvis Abreu, quien es de República Dominicana, dijo que el español de Kulik le ha hecho sintonizar menos sus transmisiones de radio.
“Eso está mal”, dijo. “Si estás narrando un partido de béisbol para una comunidad hispana, tienes que llevarle el mensaje a la gente bien claro de las jugadas y del juego en español porque la cadena es en español”.
Como el béisbol se popularizó en Estados Unidos y luego se propagó a Latinoamérica, varios términos utilizados en español están tomados del inglés. A un “home run”, en español, se le llama formalmente “cuadrangular”, pero muchos hispanohablantes le dicen “jonrón”. Muchos todavía optan por decirle “left field” al jardín izquierdo. Kulik también hace todo esto y más.
“El interruptor simplemente se enciende y se apaga, y por lo general le sigo la corriente”, explicó.
Kulik lleva décadas haciéndolo. Después de trabajar muchos años en Boston en mercadeo, televisión por cable, y producir un programa de béisbol local en inglés, les vendió a los Medias Rojas de Boston la idea de una transmisión de radio en español para atraer a la creciente comunidad latina de la ciudad.
En 2001, fundó una compañía de transmisión llamada Spanish Béisbol Network, pensando en un principio que tendría responsabilidades solo como productor, pero con el tiempo pasó a ocupar un puesto en la transmisión en directo.
Se ganó su apodo en 2003, cuando señaló que Sammy Sosa, dominicano y bateador estrella de los Cachorros de Chicago, estaba haciendo trampa cuando lo descubrieron usando un bate con corcho. Fue entonces cuando el otro locutor, que defendía a Sosa, lo llamó en broma “gringo malo”.
Dos años más tarde, Kulik se mudó a Filadelfia, donde ahora no solo narra los juegos, sino que también compra los derechos de radio en español de los Filis y consigue anunciantes y tiempo de transmisión para los 162 juegos de la temporada regular.
A lo largo de los años, contó Kulik, se ha apoyado en sus compañeros de transmisión para que le ayuden a pulir su narración. “Oscar entra”, dijo, “y da la explicación más pura en español de lo que acaba de pasar”, afirmó.
Budejen, que es de Venezuela y se unió a Kulik en 2021, dijo que ambos entienden y respetan sus funciones. “El objetivo es los Filis en español”, dijo. “Pero utilizamos el espanglish por la dinámica que existe en el grupo. Y cuando hace falta hacer la traducción, yo lo traduzco. No tengo ningún problema con eso”.
Robert Brooks, director de retransmisiones de los Phillies desde antes de la llegada de Kulik, dijo que solía recibir llamadas telefónicas de gente quejándose de la forma en que Kulik hablaba español. Él explicaba que fue idea de Kulik establecer la cadena de radio en español y que no habría una emisión en español sin él.
“Les da lo que quieren, aunque no sea como ellos quieren”, continuó Brooks. “Aprecio el hecho de que a veces se tropiece con el idioma, y cuando estás hablando en espanglish a hispanohablantes, de vez en cuando te van a criticar y tienes que ser capaz de aguantarlo, y él lo hace bien”.
Algunos oyentes dijeron que disfrutaban las retransmisiones de Kulik y sus intentos de narrar los partidos en su español, que no es perfecto.
“Me encanta que alguien que tiene tantas dificultades para hablar español acepte el desafío de enseñarle a la gente lo que es el béisbol hablando como él puede”, dijo Gustavo Beitler, que escucha desde Uruguay y se hizo aficionado de los Filis gracias a un primo que vive en Estados Unidos. “Para él, sería más fácil estar en una transmisión solo en inglés. Entonces toma esfuerzo hacer eso”.
Martín Altuve, oyente en Venezuela, dijo que “no es lo ideal” usar inglés o espanglish en una transmisión en español más allá de la terminología del béisbol, pero “es aceptado”.
“En Venezuela, no me voy a poner a hablar espanglish en un lugar donde mucha gente no sabe el inglés”, dijo. “Pero a nivel de béisbol, y con los amigos que me entienden lo que estoy diciendo, claro que lo utilizo. Yo utilizo el ‘leadoff’ y ‘closer’”.
José Tolentino, mexicano y exlocutor en español de los Angelinos de Los Ángeles, dijo que un programa de béisbol es entretenimiento, no una clase de inglés o español.
“La gente quiere sentarse en su sala con un tipo que conoce el juego”, sostuvo. “Si el espanglish es tu idioma, hay un mercado y cierta comodidad. Sí, algunas personas no entenderán algunas partes y otras no entenderán las demás”.
Tolentino añadió: “Estoy muy orgulloso de hablar español muy bien. Mi papá me mataría si no hablara bien español. Pero el béisbol es estadounidense. Puedes decir ‘jonrón’ y ‘cuadrangular’”.
El martes, los Filis comenzaron la postemporada, con la esperanza de llegar más lejos que el año pasado, cuando perdieron ante los Astros de Houston en la Serie Mundial.
Kulik planeaba estar allí en cada paso del camino, narrando los juegos de béisbol.
James Wagner es corresponsal internacional de deportes, radicado en Ciudad de México. Se unió al Times en 2016, cubriendo beisbol y reportando la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos. Nicaragüense-estadounidense del área de Washington, su lengua materna es el español. Más de James Wagner